jueves, 3 de febrero de 2011

2.7 Argumentos para la protección


Argumentos a favor del proteccionismo

1. Podría ayudar al país importador a obtener precios más beneficiosos por sus bienes ya que fuerza a los exportadores externos a vender más barato, ya que como el mercado donde colocan sus productos (país importador) está restringido por una tarifa, si no bajan sus precios quedarán sin vender parte de su producción.
Este argumento no aplica obviamente para los países pequeños con nulo poder sobre los precios internacionales.

Las tarifas sólo benefician a aquel país capaz de imponerlas sin correr el riesgo de obtener la misma respuesta del resto del mundo (país con posición dominante).

2. Podría proteger a determinadas industrias de la competencia externa. Esta es la razón más frecuente por la que los países las utilizan. Si afuera se producen bienes más baratos, sindicatos e industrias nacionales demandarán protección, y el gobierno se sentirá presionado a concederla debido a la potencial pérdida de fuentes laborales dada la existencia de mano de obra externa barata. En un mercado libre, las industrias que no pueden competir son aquellas cuya ineficiencia relativa no les permite superar a los exportadores externos. Las tarifas y cuotas que alivianan esta competencia no permiten que los consumidores se beneficien de la especialización internacional. Es verdad que cualquier método que inhiba la competencia externa, en el corto plazo preservará los puestos de trabajo en la industria protegida, pero ¿es sostenible? Va a funcionar a un costo muy elevado, para los consumidores en términos de precios más altos y para la economía en su conjunto en términos de la utilización ineficiente de los recursos. Es necesario analizar entonces ¿cuánto le cuesta a los consumidores preservar
artificialmente cada puesto de trabajo y de cuántos puestos de trabajo estamos hablando? Sería mucho más eficiente que el gobierno ayude a la reconversión de esta mano de obra y a su reinserción en la sociedad de un modo más beneficioso para todos.

3. Entre los argumentos a favor de una protección arancelaria, el de la industria incipiente ha sido de lejos el más utilizado en los países en vías de desarrollo. John Stuart Mill lo consideraba incluso como el único argumento válido. La idea detrás de este argumento es que la implantación de una industria nueva presenta, por lo general, dificultades iniciales que justifican una ayuda temporal del Gobierno y que tales dificultades desaparecen con el correr del tiempo, lo que permite suprimir paulatinamente la ayuda mencionada. Pero esto ocurre con cualquier proyecto de inversión por lo tanto, la protección transitoria que un Gobierno brinda a una industria debe ser evaluada como cualquier otro proyecto de inversión pública y debe realizarse sólo en el caso en que se obtenga un valor presente neto positivo. Por otra parte, la intervención estatal aparentemente estaría corrigiendo una situación provocada por una imperfección del mercado: esa nueva industria no puede acceder a capital en condiciones adecuadas o no encuentra mano de obra adecuadamente calificada, etc. En ese caso, el análisis económico de las distorsiones brinda una receta bien clara: la intervención estatal óptima consiste en intervenir allí donde se origina la falla o imperfección del mercado, eliminándola. En nuestro país, posiblemente la mayor imperfección sea el propio costo del Estado, pero estos problemas deberán atacarse desde sus causas y no tratar de compensar los acrecidos costos empresariales con una protección a su actividad, porque tal “solución” sólo contribuiría a enrarecer aún más el panorama económico desde el momento en que multiplica las distorsiones iniciales.

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A pesar de las conclusiones de la teoría clásica, algunos países no han adaptado jamás una política comercial librecambista. La principal excepción fue Gran Bretaña que, entre las décadas de 1840 y 1930, suprimió todas las restricciones a la importación. El predominio histórico de las políticas proteccionistas refleja, por un lado, el poder de los grupos de presión industriales temerosos de la competencia exterior y, por otro, la fortaleza de algunos argumentos a favor de la protección. Estos argumentos pueden clasificarse en tres categorías: los que pretenden un cambio en la composición de la producción, los argumentos relativos al nivel de empleo, y los que defienden un cambio en la distribución de los ingresos. Bajo ciertos supuestos, los tres tipos de argumentos tienen cierta validez teórica, así como algunas limitaciones.
Uno de los argumentos más antiguos utilizados a favor de la protección es el denominado argumento de la industria naciente. Según esta teoría, cuando se reduce o elimina la competencia exterior mediante restricciones a la importación, las industrias nacionales pueden crecer y desarrollarse con más rapidez. En teoría, una vez logrado el desarrollo de estas industrias, se puede suprimir la protección porque las industrias ya pueden competir con las de otros países. Sin embargo, en la práctica la protección permanece, porque las industrias nacionales no logran adquirir la suficiente fortaleza para competir con el exterior. La principal limitación de este argumento es su incapacidad para determinar el tipo de industrias que pueden crecer hasta adquirir la fortaleza suficiente para enfrentarse a una competencia externa.
El argumento proteccionista de la defensa nacional afirma que un país debe evitar depender de otro en lo que se refiere a la fabricación de materiales indispensables para asegurar su defensa frente al exterior, equipos y tecnología que no se pueden adquirir en otros países en caso de guerra. La limitación de este argumento es que no se puede determinar exactamente cuáles son las industrias indispensables para garantizar la defensa nacional.
Un tercer argumento defiende el proteccionismo para evitar el dumping (vertido) externo. El dumping es el fenómeno que se da cuando un país vende en el exterior bienes a precios más baratos de los que adjudica en su propia nación a los mismos productos. La protección está justificada en este caso, sólo si se demuestra que el Estado que practica el dumping pretende lograr en el país que se protege un monopolio, eliminando a los productores nacionales.
Cuando hay mucho desempleo se defiende la necesidad de proteger al país para incrementar la producción nacional y, en consecuencia, el nivel de empleo; se considera que al reducir las importaciones aumentará la demanda de productos sustitutivos nacionales y la producción interior. Los economistas estiman que ésta es una política fundada en el principio de ‘empobrecer al vecino’: la mejora del empleo en el país se consigue reduciendo el empleo y la producción de los demás países. La limitación de este argumento es que provoca reacciones por parte de los demás países que terminan adoptando políticas similares.
La protección puede utilizarse para redistribuir la renta entre diversas naciones y dentro de un mismo país. Por ejemplo, si un país tiene una fuerte demanda de sus exportaciones, puede obtener ingresos a costa de otros mediante la aplicación de restricciones al comercio. Los demás países tendrán más dificultades para conseguir divisas destinadas a pagar las importaciones que desean, por lo que tendrán que reducir el precio de sus productos para hacerlos más baratos, mejorando la relación de intercambio del país proteccionista. Al igual que el argumento anterior, esta táctica suele implicar reacciones adversas por parte de los demás países.
Sin embargo, al entrar en una etapa de recesión, casi todos los países aplican políticas proteccionistas ya que aumentan las presiones de las organizaciones de trabajadores y de otros grupos de presión que se sienten perjudicados durante la recesión.
La integración de las economías mundiales es de tal magnitud que las políticas económicas nacionales de un país afectan a todos los demás. Esto ha provocado la aparición de nuevos argumentos a favor del proteccionismo los cuales afirman que las políticas económicas de algunos países tienen resultados muy perjudiciales. Las reglas sobre comercio surgidas en el seno del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) no hacían referencia alguna a las políticas nacionales, pero la Organización Mundial del Comercio ( OMC) tiene, al menos en teoría, la potestad de dirimir las disputas comerciales entre los diferentes países. www.monografias.com › Economia


ARGUMENTOS PARA EL PROTECCIONISMO
Argumentos a favor de las protecciones en condiciones dinámicas.
Son 3 los argumentos a favor de las protecciones que pueden tener un verdadero merito económico.
• “los aranceles pueden alterar la relación de intercambio a favor de un país”. Es un argumento valido para imponer aranceles es que desplazaran la relación de intercambio a favor del país que los imponga y en contra del extranjero. Significa que la imposición de aranceles sobre las importaciones reduce el precio mundial de esta al tiempo que aumenta el precio de las exportaciones de esta.
• “en determinadas condiciones, los aranceles pueden ayudar a reducir el desempleo”. Un arancel subiría el precio de las importaciones, por lo que desviaría demanda hacia la producción nacional. Al aumentar la demanda nacional las empresas contratarían mas trabajadores y disminuiría el desempleo, esta seria también una política de “empobrecer al vecino”.
• “la protección arancelaria de una industria que tiene potencial de crecimiento puede ser eficiente a largo plazo”. Esta protección fomentara el crecimiento de la industria protegiéndola de la competencia extranjera.
Argumentos a favor de los aranceles en un análisis económico incorrecto.
La competencia del trabajo extranjero barato.
Existe otro argumento a favor de la protección, formulado para atraer a los tradabajores, que ha sido el mas popular en E. U. “¿cómo pueden competir los trabajadores americanos con los bienes que produce el trabajo extranjero barato, ya sean los coreanos que fabrican circuitos integrados y ganan $2 por hora, o los brasileños que fabrican acero al carbono y ganan $1 por hora?, es necesario imponer aranceles sobre los bienes extranjeros para poder competir eficazmente”.
Este argumento es incorrecto por que no tienen en cuenta el principio básico de la ventaja comparativa. La razón por la que los trabajadores americanos tienen los salarios mas altos se halla en que son, en promedio mas productivos.
Aranceles de represarías.
“mientras otros países limiten las importaciones o discriminen a nuestros productos, no tenemos mas remedio que jugar al mismo juego para defendernos. Estamos de acuerdo con el libre comercio mientras sea limpio, pero debemos de jugar en igual de condiciones”.
Aunque este argumento parece sensato, no esta bien fundamentado. Como hemos visto cuando otro país eleva sus aranceles, es como si elevara el costo de su trasporte.
Argumento de E. U cuando defendió en 1982 la protección.
“la intervención en el comercio internacional ._ aun cuando sea costosa para la economía de E. U a corto plazo puede estar justificada, si cumple el propósito estratégico de elevar el costo de la política intervencionista de otros gobiernos. Así pues unas medidas debidamente diseñadas, desempeñan un papel potencial… destinado a convencer a otros países de que reduzcan las distorsiones de comercio”.
Este argumento debe utilizarse con suma precaución, lo mismo que la fabricación de mísiles, suele llevar con tanta frecuencia a una carrera armamentista como a un control de las armas, las fanfarronadas proteccionistas pueden terminar perjudicando tanto a fanfarrones como adversarios.
En resumidas cuentas los argumentos a favor del proteccionismo.
• Proteger la mano de obra local frente a la extranjera barata.

• Reducir el desempleo local • Mejorar los términos de intercambio y el bienestar del país.

• Permitir a las industrias locales establecerse y crecer hasta que se vuelvan eficientes.

• Proteger industrias importantes para la defensa nacional.

• Subsanar un déficit en la balanza de pagos.

• Igualar el precio del bien importado con el bien producido internamente, de manera que sea posible para los productores locales competir con rivales extranjeros.

• Tomar ventaja del poder oligopolista y de las economías externas.
La protección conduce en definitiva a la creación de empresas de producción desmesuradas e ineficientes que suministran a los consumidores productos anticuados y carentes de atractivo. Finalmente, la protección y las subvenciones no evitan que se cierren fábricas y se pierdan puestos de trabajo. Si otros gobiernos aplican esas políticas en todo el mundo, los mercados se contraen y la actividad económica mundial se reduce. Uno de los objetivos que persiguen los gobiernos en las negociaciones de la OMC es impedir esa trayectoria, contraproducente y destructiva, hacia el proteccionismo.

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